La gran Pregunta de los Medios:
Desde tu realidad Karibe, Qué mínimo propones para que haya Paz en nuestro país?
Lo que dice Querubin Imperio, desde Barranquilla
De un verdadero diálogo(sincero y verídico), identificar, deponer y dirimir los egoísmos(intereses, en su mayoría, esencialmente con base económica) -sean individuales y grupales- para alcanzar una real justicia jurídica y social que se exprese en un Acuerdo escrito, firmado por los sectores en conflicto, con Testigos o Garantes internacionales( ONU, OEA, Grupo de Países Amigos, ONG´s). Acuerdo que debe conducir a la Equidad, Solidaridad y Armonía – la anhelada PAZ- entre todos los nacionales; y nosotros, con los hermanos planetarios.
jueves, 24 de septiembre de 2009
miércoles, 9 de septiembre de 2009
LOS HIPOPÓTAMOS EN COLOMBIA
LOS HIPOPÓTAMOS Y UN PAQUIDÉRMICO PENSAR Y ACCIONAR.
Con referencia a los “hipopótamos intrusos” tenemos que hacernos obligadas reflexiones; algunas de estas son:
¿Porque fue fácil su introducción al país y ahora es tan difícil sacarlos o ponerlos donde no hagan daño?
Habría que pensar, el por que para salvar a unos valiosos especimenes en vía de extinción, el país no cuenta con recursos monetarios, pero si los hay para costosas campañas publicitarias donde no corre suerte la Vida, y los muchos contratos “leoninos” que no conducen en nada a la preservación de la biodiversidad y sí para llenar los bolsillos de unos cuantos. De seguro que con el presupuesto que cuesta la venida de los especialistas (honorarios, transportes, viáticos, etc.) se han podido adormilar y transportar a varios de estos animales.
A estas alturas del desarrollo ambiental de la país, es verdaderamente inconcebible, que un Ministerio, unas Corporaciones Regionales, Zoológicos o Veterinarias que manejan la fauna silvestre no cuenten con al menos una escopeta de dardos somníferos y personal que la sepa utilizar.
Que las soluciones son las de confinarlos, castrarlos y por último, matarlos; pensamos que esa idea hay que castrársela de la mente de los que la proponen, llámense especialistas, administradores o políticos.
Cuando fue dictado el mandamiento: “No matarás”, de seguro la divinidad no se refería solo al género humano; muchos pensamos que hacia referencia al preciado “don de la vida”, que compartimos con animales y vegetales, y que hoy se vulnera tanto.
Todo este tinglado de sucesos, montado, como una “Cortina de humo” mas, para enturbiar claridades, como que gran parte de culpa la tienen las autoridades que deben velar por el recurso de fauna silvestre, tanto administrativas como coactivas, que han permitido el tráfico ilegal del mismo, y en este caso especial de un animal tan visible, como aquel elefante que no se vio y pasó a las espaldas del gobernante de turno. Pero culpables también las diferentes entidades administrativas que han permitido la introducción “legal” de avestruces, búfalos, tilapias, ranas toros, ranas coquí, lombrices californianas y demás, para luego señalar al animal como el culpable, por lo que se le dicta fácilmente, la “pena capital”; aquí si cabe la frase “busquemos al chivo expiatorio”, nos “rasgamos las vestiduras” y después, simplemente: “nos lavamos las manos”.
Efraín Leal Puccini
bioecodosmil@hotmail.com
Con referencia a los “hipopótamos intrusos” tenemos que hacernos obligadas reflexiones; algunas de estas son:
¿Porque fue fácil su introducción al país y ahora es tan difícil sacarlos o ponerlos donde no hagan daño?
Habría que pensar, el por que para salvar a unos valiosos especimenes en vía de extinción, el país no cuenta con recursos monetarios, pero si los hay para costosas campañas publicitarias donde no corre suerte la Vida, y los muchos contratos “leoninos” que no conducen en nada a la preservación de la biodiversidad y sí para llenar los bolsillos de unos cuantos. De seguro que con el presupuesto que cuesta la venida de los especialistas (honorarios, transportes, viáticos, etc.) se han podido adormilar y transportar a varios de estos animales.
A estas alturas del desarrollo ambiental de la país, es verdaderamente inconcebible, que un Ministerio, unas Corporaciones Regionales, Zoológicos o Veterinarias que manejan la fauna silvestre no cuenten con al menos una escopeta de dardos somníferos y personal que la sepa utilizar.
Que las soluciones son las de confinarlos, castrarlos y por último, matarlos; pensamos que esa idea hay que castrársela de la mente de los que la proponen, llámense especialistas, administradores o políticos.
Cuando fue dictado el mandamiento: “No matarás”, de seguro la divinidad no se refería solo al género humano; muchos pensamos que hacia referencia al preciado “don de la vida”, que compartimos con animales y vegetales, y que hoy se vulnera tanto.
Todo este tinglado de sucesos, montado, como una “Cortina de humo” mas, para enturbiar claridades, como que gran parte de culpa la tienen las autoridades que deben velar por el recurso de fauna silvestre, tanto administrativas como coactivas, que han permitido el tráfico ilegal del mismo, y en este caso especial de un animal tan visible, como aquel elefante que no se vio y pasó a las espaldas del gobernante de turno. Pero culpables también las diferentes entidades administrativas que han permitido la introducción “legal” de avestruces, búfalos, tilapias, ranas toros, ranas coquí, lombrices californianas y demás, para luego señalar al animal como el culpable, por lo que se le dicta fácilmente, la “pena capital”; aquí si cabe la frase “busquemos al chivo expiatorio”, nos “rasgamos las vestiduras” y después, simplemente: “nos lavamos las manos”.
Efraín Leal Puccini
bioecodosmil@hotmail.com
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
