martes, 22 de marzo de 2011

BARRANQUILLA Y SUS ARROYOS

BREVE HISTORIA Y SOLUCIONES SOBRE ARROYOS.


Por : Efraín Leal Puccini

En Barranquilla para los albores de su nacimiento, crecimiento y desarrollo desde un núcleo indígena primigenio, originada al lado de una gran ciénaga(la de Kamaschi), colateral al Gran Río (el Magdalena) y por consiguiente una topografía plana correspondiente a un plano aluvial, pero rodeada de colinas y sectores altos que fueron su territorio de expansión.

Antes de la llegada de los hispanos, dicho núcleo situado en lo que hoy se conoce barrio Barlovento y Barrio Abajo, recibía en lengua indígena el nombre de kamaschi y sus partes planas vecinas al río, sabanitas de Camacho (nombre dado por los españoles).

Se tipificaban y aun para estos tiempos en que se configura una metrópolis de casi dos millones de habitantes, dos vertientes de drenaje de sus otras zonas altas, quebradas y onduladas; una vertiente nororiental con escorrentías (aguas que bajan) que vertían antes por quebradas, hoy por arroyos directamente al gran río, y otra vertiente noroccidental, que recoge también las aguas del sur y las llevaban antes por riachuelos, hoy por grandes arroyos, a la Cienaga de Mallorquín y al mar.

La ciudad pasa por sus épocas coloniales, republicanas, modernas y contemporáneas donde la construcción de su infraestructura va apoderándose paulatinamente de sectores y territorios, conformando barrios que se asimilan a la topografía sin mucha consideración a la caída y drenaje de agua en sus épocas invernales.

No se tiene en cuenta que al cementar, la superficie de la tierra se le quita percolación a las aguas que debería asimilar el suelo que las sustentaba, es por eso que se aumenta el volumen de agua corriente superficial, conllevando a agravar la problemática de la violencia y calamidad que estas corrientes llamadas arroyos infringen a la comunidad y que por la pavimentación de sus calles se le imprime mayor velocidad y capacidad de destrucción, que para el día de hoy, no habiéndose planificado he implementado un buen manejo de estas aguas de drenaje, las posibles soluciones de alejan de su correcta aplicabilidad por los cuantiosos presupuestos monetarios que requieren dichas soluciones.

A nuestro parecer, hay que viabilizar y con participación multidisciplinaría el tratamiento de las diversas variables que podrán permitir la mejor solución para cada arroyo, ya que estos por separado, mantienen una característica diferencial en cuanto a su estructura, ya sea por la topografía recorrida en  ciertos tramos habrá que dejar sin mampostería con solo una cubierta vegetal que agarre con sus raíces sus orillares y rondas.

En otros se podría pensar en derivar por canales o acequias a depósitos que pueden ser subterráneos o superficiales ubicados en parques o áreas especiales, para aprovechar sus aguas en época de estío o verano.

Para otros sectores se contemplarían mamposterías consistentes en box-culvers, puentes, enlosados, gaviones, trinchos etc. que puedan sortear la fuerza avasalladora de sus aguas. Algunos ingenieros y urbanistas han sugerido internar subterráneamente dichas corrientes que cursaran por debajo de las calles a manera de grandes túneles, o grandes alcantarillas pluviales y que por su superficie fluyan solamente vehículos automotores.

Como se puede ver cualquier solución infiere la elaboración de mediana o mucha infraestructura que se ve reflejada en altos costos monetarios y de tiempo; podríamos así diagnosticar serios traumas operacionales de una ciudad como Barranquilla para la ejecución de grandes obras referentes a la adecuación y construcción de elementos infraestructurales, como el transporte masivo –transmetro- , movilidades entre centro y polos, rehabilitación de centro histórico, caños del mercado, nuevas zonas comerciales e industriales, hasta comunicaciones con los puertos.
La reversión o implementación para una solución hay que irla dando y lo ideal es hacerlo de una manera gradual, arroyo por arroyo.