Siempre que tengo ocasión de acercarme a las playas de la histórica Sabanilla recuerdo con amarga nostalgia esa playa anchurosa de casi medio kilómetro que se extendía hacia el mar desde la pletórica laguna de Salgar(Ciénaga de Los Santos); hoy veo también casas y casetas en Puerto Colombia y Salgar, sucumbiendo al borde del furioso mar, carcomidas sus paredes de salitre y cubiertas de “verdín”; unos restos de piedras -con temerosos cangrejos- que poco hacen por contener al impetuoso oleaje; otros restos, de espolones, que solo han servido para ahogar a varios bañistas que se han atrevido a desafiar sus perturbadas aguas.
Cuando me acerco al río Magdalena y al enlazar las visiones de ese ceniciento caudal, con las azulosas marinas, pienso en sus interrelaciones, aprendidas en mis estudios de ecología marina en nuestra olvidada matriz marina Karib y de limnología, sobre nuestro estercolizado río; invisibilizado aquel, demasiado intervenido este otro -tan solo utilizado como alcantarilla y para tráfico, legal o ilegal de mercancías-; entonces el espíritu y el intelecto se me atormentan, me pica la mano: debo escribir sobre estos asuntos que pueden estar ignorando muchos hermanos atlanticenses.
La Corriente Litoral del Caribe, con dirección este a oeste, que es la dinámica de aguas que prima en la mayor parte del año en estas costas, aunada con los oleajes que son usualmente fuertes en la región, quitan y arrastran material de lo que va quedando de playa -arenoso o lodoso-, para depositarlo en el litoral mas allá, en la dirección de la corriente y el frente de olas. Para ejemplarizarlo consideremos el fragmento de litoral entre Tasajeras (Magdalena) y Santa Verónica (Atlántico).
Normalmente un material playero que el Caribe erosiona y arrastra desde las Playas de Kangarú en la Isla de Salamanca (Departamento del Magdalena) vendría a ser depositado en las Playas de Sabanilla o Salgar; ¿pero que pasó cuando se le dio mas fuerza al río constriñéndolo en sus tramos finales hacia el mar? Ese río que se abría como una mano de múltiples dedos, desde mucho mas -río arriba- de la población de Calamar; que formaba un grande y fertilísimo delta, donde sus vegas y bajos eran utilizados para la siembra de arroz, ahora sale por una sola parte, con tal ímpetu y caudal, que se adentra al océano como un gran espolón de agua; se constituye en un verdadero “dique hidráulico”.
Al cerrar muchos de sus brazos y encauzándolo para que no haga sus desbordes usuales -la verdadera causa de la muerte de los manglares de la Isla Salamanca y todo su sistema deltaico- ; y las obras de estrechamiento con los dos tajamares – “ cuchilladas del río sobre el mar” que desde el momento de su construcción empezaron a introducir cambios drásticos en la geomorfología del sector de influencia, fue así como los bajos que afloraban como punta e Isla Verde frente a Sabanilla y Salgar fueron arrastrados hasta la Bahía de Cupino, donde está el moribundo muelle de Puerto Colombia.
Desde los inicios de la intervención ingenieril a este gran ecosistema- sistema deltáico del Río Magdalena (Tamána Nicenle-krisne, en lengua Chimila y Mokaná) las llamadas “soluciones” de navegabilidad, siempre han consistido, en estrecharlo lo mas posible, para que atravesando una sección menor, su caudal aumente en velocidad y remueva el sedimento de fondo, garantizándose así el calado más óptimo.
Con las últimas obras de profundización a cuarenta pies, se fuerza nuevamente el estrechamiento del cauce en su tramo final con seis espolones y otro dique de contracción en el lado oriental, que consecuentemente alargará su intromisión en el mar y aumentará su efecto de “Dique Hidráulico”. Entonces se seguirán depositando los sedimentos arenosos y fangosos del lado derecho de la desembocadura: Isla de Salamanca, otrora Islote de Los Gómez, y se seguirá “comiendo” ( erosionando) lo poco de playa que queda en su lado izquierdo, llámese litoral atlanticense desde Playa de Puerto Mocho- la tan temida en épocas electorales- pasando por Sabanilla, Salgar, Puerto Colombia hasta Galerazamba donde será velada por el espíritu inquieto de la raptada y vilipendiada princesa mokaná: Katalina.
Los estudios de impacto ambiental para las obras de profundización del Río Magdalena (construcción de espolones en piedra dentro del río) ni remotamente mencionan “El Efecto de Dique Hidráulico”; como tampoco los estudios de impacto del “Superpuerto” mencionan la muy conocida por oceanógrafos y ecólogos marinos: la “Contracorriente Litoral del Caribe” que se sucede en tiempos de nuestro “invierno” climático –dígase también, época de lluvias-; fenómenos naturales éstos, con conspicuas influencias hidrogeomorfológicas sobre los litorales regionales. Nos preguntamos: ¿quienes, cuando, como, pasaron estos crasos desconocimientos? ¿Dónde estaban los científicos y técnicos en los organismos contratantes, fiscalizadores, comités de veedores y acompañantes?, ¿Quién indemnizará a los millones de habitantes que viven y/o usufructúan los litorales? ¿Podrán unos pañitos de agua tibia – como batería de espoloncitos en las playas marinas- curar nuestra inducida crónica fiebre y cercenante gangrena?
Biól.-Ecól. Efrain Leal P.
Matr. Prof. 012 C. Prof. Biól.
bioecodosmil@hotmail.com
Sunday, December 28,
2008
GOOD
BYE BEACHES AND HOUSES OF SABANILLA, SALGAR AND PUERTO
Good bye beaches and
houses of Sabanilla, Salgar, Puerto and…
Whenever I have the
opportunity of visiting the beaches of historic Sabanilla I remember with
bitter nostalgia that wide beach of almost a half kilometer, extended towards
the ocean from the plethoric lagoon of Salgar; nowadays I also see houses and
beach stalls in Puerto Colombia and Salgar, succumbing at the shore of the
furious sea, their walls eaten away by salt deposits and covered by “slime”;
some remains of rock cliffs – with fearful crabs – that do very little to hold
back the strong surf; other remains of groynes,
which have only served to drown several swimmers bold enough to challenge its
rough waters.
In my many walks
alongside the Magdalena river shore I link the visions of that ashy flow with
the bluish marine ones, and think about its interrelations, learned during my
studies of marine ecology in our forgotten marine matrix Karib and of limnology,
about our river full of sludge; the former made invisible, the latter overly
inspected – used only as sewage and for legal or illegal traffic of
merchandise-; then my spirit and intellect become tormented, and my hands burn:
I have to write about these matters that many Atlantico compatriots may still not
be aware of.
The water currents of
the Karibbean coast, headed east west, which is the prevailing dynamics of the
water during most of the year on these coasts, united to the usually strong
surf of the region, take away and drag stuff from the remaining beach – whether
it is sand or mud-, to deposit it a little far away on the littoral, in the
same direction of the current and before the waves. For example let us consider
the coastal fragment between Tasajeras (Magdalena) and Santa Veronica (Atlántico).
Normally, a beach
residue that the Caribbean has eroded and dragged from the Kangarú beaches at
the Salamanca Island (Department of Magdalena), would be deposited at the
beaches of Sabanilla or Salgar; but, what happened when the river was given
more strength by constricting its final trajectory to the sea? The river that
used to open like a hand with multiple fingers, from upstream – at the town of
Kalamar; that formed a huge and fertile delta, where the lowlands and meadows
where used for rice planting, but now it flows toward the ocean like a great groynes and becomes a true “hydraulic dike”.
By closing many of its
branches and directing the flow so it does not do its usual spillovers – the
true cause of the death of the mangroves of Isla Salamanca and all its delta
system-; and the constriction works with the two dikes – “the river slashes
over the sea”, which since the time of its construction started to operate
drastic changes in the geomorphology of the influenced section, it was thus
that the lowlands arose, like Punta and Isla Verde in front of Sabanilla and
Salgar which were dragged to Bahia de Cupino, where the Puerto Colombia Pier lies
in its death throes.
Since the beginnings
of the intervention to this great ecosystem by engineers – the Delta System of
the Magdalena River (Tamaná Nicente-Krisne, in the Chimila and Mokaná
languages), the so called navigability “solutions” have always consisted of
constricting the river bed as much as they can to make the volume of the flow
run faster by a lesser section, and removing the sediment from the bottom, to
achieve an optimum depth in the water.
With the latest works
to make the river deeper at forty feet, the river bed is constricted again in
its final section with six breakwaters and another dike on the eastern shore, to
lengthen its entry into the ocean and enlarge the effect of “Hydraulic Dike”.
Then, the sandy and muddy sediments will continue to be deposited on the right
side of the river mouth: Isla de Salamanca, once Islote de los Gomez, and it
will continue to erode the little strip of beach on the left side, called
Atlantico Litoral from Puerto Mocho beach
- so feared during election times- and going over Sabanilla, Salgar,
Puerto Colombia and as far as Galerazamba, where it will be watched by the
restless spirit of the kidnapped and abused Mokaná princess: Katalina.
The environmental
impact studies for the deepening works within the Magdalena River (construction
of stone groins inside the river) do not remotely mention “The Hydraulic
Dike Effect”; and neither do the environmental impact studies of “the Super
port” mention the “Littoral countercurrent of the Caribbean” well known by
oceanographers and marine ecologists, which happens during our climatic
”winter” – also known as the rainy season-; natural phenomena with conspicuous
hydro morphologic influences over the
regional littorals. We ask ourselves, who?, when? How? happened this lack of
awareness? Where were the scientists and technicians of the contracting
organisms, fiscals, supervising and accompanying committees? Who will indemnify
the millions of inhabitants that live and make their living on these coasts? Will
a few temporary band-aid solutions – like the construction of several small groynes on the beaches – cure our induced chronic
fever and amputating gangrene?
Biologist and
Ecologist Efrain Leal P.
Professional Card 012
C. Prof. Biol.
Published by QUERUBIN
in 16:09 Sin Comentarios
Wednesday, November
12, 2008