Por: Efraín Leal Puccini.
efrainleal@yahoo.com
¿Que implicación existiría si cambiásemos el “verde” energético y esperanzador; y el “azul” vital y tranquilizador, por el gris, muerte y melancolía?
Ahora ciudad de Parques Misceláneos - de bolas, próceres, soldados muertos, bustos de fundadores ausentes, de melosos amantes juveniles-; ciudad de obeliscos enanos y grotesca estatuaria de muñecos; con carencia de monumentos debidos a nuestros verdaderos héroes y mártires en las batallas de 1812 y 1813 contra la realista Santa Marta, o los defensores patriotas en la quema o arrasamiento de la Villa capital de Barlovento o Tierradentro el 25 de Abril de 1815.
Desde los tiempos del antiguo poblado indígena de Kamachi (vocablo proveniente del Mokaná: kax:nátsi, que significa raíz y yuca) y su varadero de canoas, al que los españoles llamaron la “barranquilla de Camacho” se fue irradiando en casas y callejones desde la orilla de la abrigada ciénaga – por supuesto, de Kamachi- cuyo remanente es hoy, los muelles de la intendencia fluvial y la antigua aldea convertida -pero aun conservada primigenia y tribal- en Barrio: Barlovento.
En sus inicios se le une la hacienda San Nicolás, la del encomendero, que también construye “apostadero bajo” o “barranquilla” y que se nutre con la fuerza de trabajo de indígenas, criollos y foráneos; del tráfico de mercancías que salían y entraban a Sabanilla por el Caño de la Piña, fue creciendo y haciendo “Centro” en una iglesia de bahareque y paja apostada al lado de en una Calle Larga y ancha( hoy paseo Bolívar), su comienzo (carrera 46) y su final( Carrera 38) marcaban los limites de sus grandes conglomerados o barrios, el de Abajo, en su génesis, en Barlovento y su puerto; y el de Arriba: Tenería, Hospital y San Roque.
El Barrio Abajo comunicado con los caseríos, también indígenas, de la Koncepzión y Ziape por el Caño de la Tablaza y por los caminos, el del río, después, del ferrocarril (hoy vía 40), y el Camino del Limón, mas hacia el monte; continuando ambos hacia Kamarure y Sabanilla, todo ello por el norte y paralelo a la ribera del gran Río (ta: mana nicemle krísne, en lengua Mokaná).
Arenosas sus plazas y callejones, por donde circulaban bestias con su carga de mercancías y arrieros, arrastrando coches y tranvías. Pasando por los tiempos azarosos de la independencia, reconquista y nueva liberación -años 1810 a 1820- y entrando al siglo 20, diez años después de la “Guerra de los mil días” con las primeras urbanizaciones modernas: Bellavista, San Francisco, el Prado y la Concepción, entre otras. Se fueron dando innumerables cesiones y legados de terrenos para zonas verdes y áreas institucionales públicas, que recaían en el municipio e instituciones educativas, religiosas y cívicas.
Estas han ido evolucionando en destinatarios y destinos muy diferentes a los expresamente señalados en cláusulas y articulados y donde hoy se alzan casas, edificios y últimamente grandes centros comerciales. ¿Cuando y como se desafectaron tales lotes o manzanas y quien posibilitó su enajenación o usufructo por terceros? Si lo desea saber buscando en la memoria documental de la ciudad, se encontrará con el cuento dizque hace algunos años, un(a) “loco(a)” los quemó; no se sabe si era funcionario(a) o de esas que merodean los edificios públicos mendigando cualquier cosa; tampoco dan sus registros de tradición y fundamentación legal en el Codazzi y Oficina de instrumentos públicos.
Habíase creído que la ciudad ha tenido un crecimiento desordenado sin planes de desarrollo, pero esto no es cierto; han existido reglamentaciones desde la época colonial, por allá desde 1629. En los albores del siglo 20, años 1920 al 1950 se estructuran sólidos mapas de ruta para la ciudad, avalados por expertos norteamericanos y europeos, donde se programan urbanizaciones, plazas, parques, calles, carreras y servicios públicos que empiezan a cumplirse a medias. De 1950 en adelante, comienza el irrespeto a lo planificado, resultando un mare mágnum de ideas individualistas y egoísmos grupales de cómo se debía encaminar la ciudad hacia el futuro. Se cambian nomenclaturas de calles y callejones, se destinan áreas para otros asuntos, se demuelen casas y edificios patrimonio, se desvían arroyos y caños, en fin, se entroniza que en cada cambio político, se debe cambiar al capricho de la dirigencia de turno con el beneficio de los gremios constructores amigos. Y “no hay tu tía” que valga…”va, por que va”.
No se conoce el cambio en los POT que regulaban las construcciones en la franja orillera del río Magdalena, pero ya se están alzando grandes edificios con alturas enormes que no permiten ni el acceso físico o visual a este importante ecosistema. Para citar algunos ejemplos, como en los predios de celtex y la otrora Unial.
En las tres ciudades colombianas del triángulo “cachaquilandio” hay grandes áreas arboladas, con muchas canchas deportivas -conocidas como Unidades Deportivas-, en Barranquilla, que pena, los pocos sitios para ejercer un deporte se hayan privatizadas y el cemento es el que prima.
Se quitan árboles y cobertura vegetal de bosques tropicales secos y muy secos(bs-T y bms-T) –“rastrojos”, como aparecen peyorativamente en los pomposamente llamados Estudios de Impacto Ambiental- para fácilmente quitarlos y poder “sembrar” grandes edificios y conjuntos de casas, hechos de cemento y piedra, productos de explotar, picar, moler, en últimas, arrasar con colinas y montañas del departamento; así se han destruido vestigios de “Ciudades Perdidas” en el Atlántico como Zipakua, la Grande y Kornapakua en cerros de Puerto Colombia y Tubará.
En los Planes de manejo ambiental de toda construcción que intervenga el suelo y subsuelo se debe estipular la declaración de hallazgos arqueológicos y la forma de aplicar una arqueología de rescate. ¿Cuántos vestigios prehispánicos de caseríos en el área de la ciudad se han perdido por no dar cumplimiento a esta norma? ¿A donde fueron a terminar los restos del Chuchal y la Konzepción cerca de Veranillo (antes Venadillo), donde aterrizaban los hidroaviones, en el hoy barrio La Concepción y San Francisco, al norte de la ciudad? ¿Y los ubicados en el Country, Me Quejo, Ziape y otros tantos mas?
Se sigue destruyendo la memoria de lo que fuimos, de nuestra evolución como estirpe triécnica y miles de respuestas de la propia actual idiosincrasia caribeña; condenándonos Irremediablemente a vivir imitando; envueltos en una carnavalada permanente del cotidiano devenir, agazapados bajo una máscara ridícula de lo que creemos somos, negado con vergüenza nuestra sangre terrígena.
Como por arte de magia, transformamos verdes colinas y paisaje “sui géneris” por moles amorfas de estrambótica estética y destemple armónico; recursos naturales que pueden ser endémicos e irremplazables a escala mundial, devorando paisajes de quebrada geografía; cambiando cursos de agua, produciendo erosiones y deslaves severos, cuyos materiales van a sedimentar y colmatar lagos interinos y lagunas costeras; moles de concreto, varilla y vidrio que nos tapan la visión del mar, del río, del río sobre el mar, los manglares, las ciénagas; hasta la imponente cúspide del volcán que es el núcleo más alto de la Sierra Nevada de Santa Marta.
¿Y que es del patente aumento de temperatura en la urbe con la concentración de las ondas calóricas en las diferentes estructuras de concreto, hierro y vidrio? Para corroborarlo, recójanse los registros del Himat -ahora Ideam- los promedios de temperatura para Barranquilla, años antes de 1960 y años posteriores; se observarán así las diferencias anotadas; de esta manera, además de la mayor contribución por contaminación de gases “efecto invernadero”, aunamos grados centígrados al hoy de moda “calentamiento global” que se ha venido evidenciando desde hace ya muchos años.
Con el término ambiguo de Áreas de Reserva, el ciudadano desprevenido presume que son áreas de reserva forestal o de conservación ecológica, siendo la lectura práctica y efectivizada, por los consultores hacedores de los POT y constructores, área de reserva para futuras urbanizaciones y construcción de infraestructura en mampostería.
¿Hasta donde se ha de expandir la ciudad?, que bajo una equivocada filosofía de desarrollo humano, presume que solo estamos “desarrollándonos” si imitamos las grandes concentraciones urbanas, con el aparente concepto de un “crecimiento económico” impulsado por el crecimiento poblacional y aumento de múltiples infraestructuras, que se correlacionan directamente a sus necesidades cada vez mayores de recursos naturales(espacio, aire, agua, suelo, rocas, madera, energía, movilidad, etcétera) siendo estos últimos, a su vez, secuencialmente disminuidos por la irrefrenable contaminación de residuos subproducidos… ¿Acaso los recursos son ilimitados?
Se excusa también este equivocado “desarrollismo” con la falacia de estar incentivando la construcción por lo que es ella la que contribuye a bajar los índices de desempleo; pero hay que ver las condiciones de los empleos generados, casos parecidos a la categoría de informales, de estabilidad temporaria, con salarios ínfimos y seguridad social y laboral casi nula.
Con las altas tarifas del agua y por adaptar áreas para parqueo, los antejardines en grama, matas y arbustos, se van convirtiendo paulatinamente en sofisticados enlozados que se limpian con chorros de manguera, cepillo y jabón, donde muchas veces se resbalan los inocentes peatones -de todas las edades- menos los minusválidos, que por ser reformas particulares -no los pueden usar- porque se efectúan con altibajos, muros, escalones, trincheras, haciéndolos más que intransitables para estos “afortunados” ciudadanos.
Que decir de los deslaves y erosiones en las laderas de las colinas que están dentro del territorio barranquillero y son terrenos también codiciados por los cementofilos y varillofilos? Siguen convencidos que con estructuras en esos mismos materiales van a frenar las percolaciones y los movimientos de suelo fruto de las contracciones y expansiones debidas a la humedad y las escorrentías. No saben que las únicas estructuras óptimas de estabilización y regulación son las estructuras vivas; es decir las raíces de los árboles y arbustos que evolutivamente “agarran” el terreno y regulan el agua en el suelo en las cíclicas temporadas de lluvia y sequías.
Lo único férreo y concreto es que vamos a sucumbir, por, en, al lado y bajo el acero y el concreto. Hay que meditar y orar para que no se reactiven las fuerzas telúricas y cósmicas por haber “comido del fruto” de la ciencia y la tecnología.
FROM SANDY TO FULL OF CEMENT
By: Efrain Leal Puccini.
Querubin.imperio@gmail.com
What would happen if we change the energetic “green”, full of hope, and the
vital and calming “blue” for grey, death and melancholy?
Now a city of miscellaneous parks – of balls, heroes, dead soldiers, sculptures
of absent founders, of youthful sweet lovers-; a city of small obelisks and
bizarre statue like dolls; that has no monuments due to our true heroes and
martyrs of the 1812 and 1813 battles against royalist Santa Marta, or to our
patriotic defenders during the burning and sacking of the capital town of Barlovento
or Tierradentro on April 25, 1815.
Since the times of the ancient Indian town of Kamaschi (term that springs from
the Mokana language: kax:natsi, that means big root or yucca) and its canoe
boatyard, to which the Spaniards called
the “barranquilla de Camacho” it started to spread out with houses and alleyways
from the shores of the sheltered swamp –, Kamaschi of course - whose remains
are today the docks of the waterways administration and the transformed old
village – but still conserved as an original and tribal neighborhood: Barlovento.
In its beginnings it was joined by the San Nicolas farm, that of the Encomendero,
who also built a “low station” or “barranquilla”, maintained by the Indians,
creoles and foreigner’s hard work; nurtured by the input and output traffic of
merchandise to Sabanilla from the la Piña bayou, it started growing and
becoming “Down Town” with a church built of daub and wattle, located on one side of a long and broad street (nowadays,
Paseo Bolívar), its beginnings (Carrera 46) and its end ( Carrera 38) marked
the boundaries of great neighborhoods or conglomerates, the de Abajo
neighborhood, in its genesis, Barlovento and its dock; the de Arriba: Teneria, Hospital and San
Roque.
Barrio Abajo communicated with the hamlets, also of Indian population,
of Koncepzion and Ziape thru the Tablaza bayou and throughout roads, first the
river and then the train (nowadays vía 40), and Camino del Limón, further
towards the woods; both continued as far as Kamarure and Sabanilla, all towards
the north and parallel to the shores of the Great River (ta: mana nicemlekrisne,
in the Mokana language).
Its squares and alleys are full of sand, and the beast circulated there with
its cargo of merchandise and muleteers, dragging carriages and trolleys. Going
through the hazardous times of the Independence, reconquest and new Independence
–1810 to 1820- and entering the XX century, ten years after the “One Thousand
Days War”, with the first modern residential areas: Bellavista, San Francisco,
el Prado and la Concepción, among others. Numerous cessions and transfers of
lands were made for green zones and public institutional areas, and they went
to the municipality and educational, religious and civic institutions.
They have been evolving into very different recipients and destinations from
the ones expressly assigned on clauses and articles and there they have built houses,
buildings and shopping centers. When and how were the allocations of those lots
or blocks reassigned and who made possible its transfer or usufruct by third
parties? If you wish to research on the city records, you will find the “story”
that a few years ago, a “crazy” person (s) burned them; no one knows if it was
an officer or one of those beggars that prowl the public buildings; and neither
do they show the legal title records at the Codazzi Institute and Public Deeds
Office.
It was thought that the city had had a disorderly growth without development
plans, but it is not true; there have been regulations since colonial times,
more or less since 1629. In the beginning of the XX Century, from 1920 to 1950,
very solid roadmaps of the city were put together, supported by North American
and European experts, where they programmed residential areas, squares, parks,
streets, avenues and public services that have started to be executed in a half
way. Since 1950 and on, started the lack of respect for the plans, becoming a mare
magnum of individual ideas and selfish group undertakings as to how the city
should be headed towards the future. They changed the names of streets and
alleys, they took zones for different purposes, they demolished houses and
buildings that belong to the cultural heritage, they altered the course of
streams and bayous, in fact, it has been established that with every political shift,
plans must be changed at the whim of the leader on top, to the benefit of the
friendly building guild. And no one can protest, it will be done because... ”.
They changed the Territorial Order Plan (POT) that regulated
constructions on the zones by the Magdalena river shore, and they are already constructing
huge and very tall buildings that do not give physical or visual access to this
important ecosystem. To quote some examples, there are the parcels of land of Celtex
and the formerly called Unial.
In the three Colombian cities of the “cachaquilandio” triangle there are big areas
with trees, with many sports fields – known as Sports Units-, in Barranquilla, what
a shame, the few places to practice any sports have become private property and
Cement is the important issue.
They fell away trees and vegetable cover of the dry and very dry tropical
forest (bs -T and bms-T) –“wastelands”, as they appear in a derogatory way on
the pompously called Studies of Environmental Impact – to easily take them and
“sow” big buildings and housing estates, made of cement and stone, products of
the exploitation, chipping, grinding, and all things considered, laying waste
to hills and mountains of the department; that is how they have destroyed
remains of “Lost Cities” in Atlántico Department, such as Zipakua, la Grande and
Kornapakua in hills of Puerto Colombia and
Tubará.
On the Environmental Management Plans of any construction that must deal with
soil and underground it should be stipulated the declaration of archaeological
finds and the way to apply rescue archaeology. How many pre Hispanic remains of
hamlets in the area of the city have been lost because this regulation has not
been fulfilled? What happened to the remains of el Chuchal and la Konzepción near
Veranillo (before, Venadillo), where the hydroplanes landed, and nowadays
called La Concepción and San Francisco neighborhoods, north of the city? And
the ones located in the Country, Me Quejo, Ziape and so many other
neighborhoods?
We continue destroying the memories of what we were, of our evolution as a tri ethnic
lineage and thousands of answers of our
own current Caribbean idiosyncrasy; condemning us to live always imitating
others; involved in a permanent carnival our daily progression, huddled under a
ridiculous mask of who we think we are, denying with shame our terrigenous
blood.
As if by magic, we transformed green hills and “sui generis” landscapes into amorphous
and discordant masses of outlandish aesthetics; natural resources that can be endemic
and irreplaceable at world scale, devoured landscapes of broken geography; changed
water courses, producing severe erosions and landslides, whose materials form
sediments and fill inner lakes and coastal lagoons; concrete masses, with rods
and crystals that obstruct our view of the ocean, of the river, of the river over the sea, the mangroves, the
swamps; even the stunning volcano peak which is the highest altitude of Sierra
Nevada of Santa Marta.
And what about the obvious increase of the city temperature with the
concentration of caloric waves in the different structures of concrete, iron
and glass? To corroborate this, collect the records of Himat -now Ideam- of average
temperature for Barranquilla during the years before 1960 and later; the noted
differences will be observed; thus, besides the greater contribution for gas
pollution to the “hothouse effect”, we have added degrees to the currently
famous “Global Heating” which has become evident since many years ago.
With the ambiguous expression of Reserve Areas, the unsuspecting citizen presumes
that they are areas of forest conservation or ecological conservation, when the
practical and effective reading of the consultants that make the POTs and
builders is, Reserve Areas for future housing projects and construction of
masonry infrastructure.
How far should the city expand?, under a wrong philosophy of human development,
they presume that we are only “developing” if we imitate the great urban
concentrations, with the apparent concept of “economic growth” propelled by the
population growth and increment of
multiple infrastructures, directly related to their growing needs of natural
resources (space, air, water, soil, rocks, wood, energy, mobility, etc), these
last ones sequentially diminished by the unstoppable contamination of sub
produced residues. Are resources unlimited?
This mistaken “development” excuses itself with the fallacy of encouraging
construction, because this contributes to lower the unemployment rates; but one
would have to see the conditions of the generated employments, cases similar to
the category of informal employment, temporary stability, with minimum wages
and almost non existing social and labor security.
With the high prices of water and adaptation of parking areas, the lawns with
grass, plants and bushes, little by little become sophisticated tiles, cleaned
with water hoses, scrubbing brushes and
soap, where the unsuspecting pedestrians of all ages slip many times – except
for the disabled persons that require particular refurbishments and cannot use
them- because they are made with altitude variations, fences, stairs, trenches,
which make them more than impassable for these “fortunate” citizens.
What can we say about the landslides and erosions on the hillsides inside the
Barranquilla territory, also coveted by the cement and rod lovers? They are
still convinced that with structures made of those same materials they are
going to stop the filtrations and landslides originated by contractions and
expansions produced by humidity and run offs. They do not know that the only
optimal structures that can stabilize and regulate are live structures; meaning,
the roots of trees and bushes that evolve and “grab” the land and regulate the
water in the soil during the rainy and dry seasons.
The only concrete thing is that we are going to succumb because of, within,
beside and under steel and concrete. Let’s meditate and pray that the telluric
and cosmic forces do not reactivate because we have “eaten the forbidden fruit”
of science and technology.
2 comentarios:
definitivamente la abundancia del asfalto hace sentir mucho mas la ausencia de los arboles... madre tierra el sol nos mata y el terreno dejo de ser sagrado
En NUESTRA BARRANQUILLA DEL ALMA, Necesitamos parques y sitios de diversión para las gentes no privilegiadas. Canchas de futbol, bibliotecas, observatorios astronómicos, etc. Pero el capitalismo a alta usanza solo nos habla de "TOME AGUILA SIN IGUAL Y SIEMPRE IGUAL"; Y LA CULTURA? Y LA ETICA CIUDADANA? Y LOS VALORES MORALES, Y LA FAMILIA COMO CELULA DE LA SOCIEDAD? por eso es que la mayoría de los colombianos no somos fuentes de una germinación a toda de la democracia, pues no tenemos la cultura para elegir y obtener programas que generen igualdad de condicones que permitan que exista aprovechamiento de las oportunidades de superación entre las clases sociales y por ende el acortamiento de diferencias entre ricos y pobres.
http://desdemiexilio228.blogspot.com/2011/03/nos-ensenaron-solo-tomar-aguila-sin.html
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